martes, 10 de marzo de 2009

El libro de Toth

Había una leyenda que surgía mucho, hace poco más de 3000 años habitaba en Egipto un faraón llamado Ramses II, tenia por hijo a alguien que se conocía como Khaunas, mando a tirar al fuego un libro una misteriosa obra escrita por un legendario personaje que tenia como nombre Toth, contenía el libro terribles secretos, su lectura concedía poderes sobre las cosas de la tierra, del cielo y del mar, revelaba una receta para resucitar a los difuntos y para dar órdenes a las personas, por lejos que se encontrasen. Quien leyera este libro sabría mirar al sol cara a cara, así como comprendería el lenguaje de los animales. ¿Qué clase de libro era aquel que ordeno el faraón Khaunas tirar al fuego? ¿Un texto científico que no supo descifrar y por esta razón, igual que ha sucedido cada vez que un hombre ignorante se ha encontrado con algo superior a su entendimiento, le resulto mas sencillo suprimirlo? ¿Existió en realidad aquella obra maldita o quiso inventar el episodio un cronista de la época, para rendir homenaje al buen juicio del soberano o para burlarse de las generaciones venideras? Hay pruebas de que el libro existió, por fortuna, de vez en cuando se realizan en Egipto hallazgos que vienen a aclarar en parte algunos puntos oscuros de la historia. Unos arqueólogos encontraron en 1828 una estela de piedra del sigo IV anterior a nuestra era, cuya traducción informaba sobre el texto mencionado y aludía además a otras propiedades del mismo y al nombre del autor. Coincidía con el que dio el temeroso faraón: el divino Toth, el libro de Toth debía de ser, pues, un papiro antiquísimo (si era papiro), copiado en secreto en sucesivas ocasiones, y cuya antigüedad se remontaría a 10.000 o quizás 20.000 años. Pero un objeto material no es en modo alguno un símbolo. Un objeto material que podía ser destruido, principalmente, por el fuego. Para estudiar el problema del Libro de Toth, debemos situarnos en esta hipótesis de una antiquísima civilización preegipcia. Toth es un personaje mitológico, más divino que humano, en el instante del nacimiento de la civilización egipcia, hay que suponer que los sacerdotes y los faraones poseían el libro de Toth, que era, probablemente, un rollo o una serie de hojas de papiro que contenían todos los secretos de los diversos mundos y daban un poder considerable a sus poseedores. La primera alusión a este libro aparece en el papiro de Turis, descifrado y publicado en Paris, en 1868. Este papiro relata una conspiración mágica contra el faraón, conspiración encaminada a aniquilarlo, junto con sus principales consejeros, por medio de hechizos practicados con figuritas de cera construidas a su imagen y semejanza. La represión fue terrible. Cuarenta funcionarios y seis encumbradas damas de la Corte fueron condenados a muerte y ejecutados. Otros se suicidaron. Entonces, el libro condenado de Toth fue quemado por primera vez. Este libro reaparece más tarde en la historia de Egipto, en manos de Khaunas, hijo de Ramses II. Por lo visto, este poseía el original, escrito de puño y letra de Toth, y no por un escriba. Según los documentos, este libro enseñaba la manera de mirar al sol cara a cara. Confería poder sobre la tierra, el océano y los cuerpos celestes. Daba la facultad de interpretar los medios secretos utilizados por los animalesAsí era como los antiguos egipcios veían a Toth ¿En realidad existía este dios y su libro?Para comunicarse entre ellos. Permitía resucitar los muertos y obrar a distancia. Naturalmente, un libro como este constituye un peligro insoportable. Khaunas quema el libro original, o pretende hacerlo. Como el mismo texto dice que el libro, nacido del fuego, es incombustible, el relato es contradictorio. Pero si se produjo realmente esta "desaparición", la misma fue solo provisional. El libro reaparece en las inscripciones de la "estela Metternich", llamada así porque fue regalada a Metternich por Mohamed Alí Bajá. La estela fue descubierta en 1828, y data del año 360 A.C. escala de la historia egipcia es, pues, un documento moderno. Aparecen representados en esta estela más de trescientos dioses y, entre ellos, los dioses de los planetas que giran alrededor de otros astros. La mayoría de los descifradores modernos de esta estela, dicen que interesaría mucho a los autores de ciencia-ficción El propio Toth anuncia en esta estela, que hizo quemar su libro y que expulsó al demonio Set y a los siete señores del mal. Esta vez, la cuestión parece solventada. En el año 360 A.C. el libro de Toth es solemnemente destruido. Pero 60 años después de que Toth apareciera bajo otra identidad, los magos que se respetaban en aquel tiempo particularmente en Alejandría, alardea de poseer el libro de Toth; pero este libro no aparece nunca: cada vez que un mago se jacta de poseerlo, un accidente pone fin a su carrera. Entre principios del siglo 1 A.C. y finales del 2 D.C. aparecen numerosos libros que constituyen, en su conjunto, el corpus hermeticum. A partir del siglo 5, estos textos son coleccionados, y encontramos en ellos referencias al libro de Toth, pero nunca una indicación precisa que permita encontrarlo. Los textos más célebres de esta serie son los titulados Asclepius, Koré Kosmou y Poimandres. El Asclepius en particular, nos brinda extrañas imágenes del poder de las civilizaciones desaparecidas. Y aún considerados como obras de ciencia-ficción, estos textos excitan vivamente la imaginación. San Agustín y numerosos teólogos y filósofos se interesaron mucho por ellos. Sin duda alguna estos textos son los que propagaron el Libro de Toth. Este aparece tan a menudo, desde el siglo 5 de la era cristiana hasta nuestros días, que podemos preguntarnos cómo fue reproducido antes de la invención de la imprenta y de la fotografía. La Inquisición lo quemó al menos treinta veces, y se necesitaría todo un libro para enumerar los extraños accidentes sufridos por los que se jactaban de poseer el libro de Toth. En el siglo XVIII, todo charlatán que se respetase alardeaba de poseerlo y aunque ninguno de ellos pudo mostrarlo, muchos murieron en las hogueras de la inquisición por esta causa, hasta el año 1825. El libro de Toth entonces es el libro que existe pero no existe, pero lo que si parece existir es una asociación internacional de lo que se a dado en llamar "Hombres de Negro". Si existe tal organización, debe poseer necesariamente el libro o lo que queda de él. Y, si los egipcios aplicaron al papiro las mismas técnicas de conservación que a las momias, no es en modo alguno absurdo pensar que un papiro pudiese conservarse hasta el siglo XIX, a partir de cuya época pudo ser fotografiado. A menos que la organización de que se trata conociese la fotografía desde mucho antes, hipótesis que no debe descartarse a juzgar por ciertas pistas que nos otorga la historia. Todo esto hace que sintamos afán por saber más. Pero es comprensible que algunos piensen que la humanidad no está preparada para recibir estos conocimientos, y que una organización haga todo lo posible por impedir la publicación del libro de Toth. Hasta hoy, parece que lo han conseguido, y, a la luz de las aplicaciones que le dan algunos hombres al conocimiento, hasta puede que tengan razón. Lo cierto es que, si existiese una traducción del Libro de Toth, con pruebas de autenticidad y fotografías del texto original, todos los editores vacilarían antes de publicarla. ¿Usted no? Quizás nunca lleguemos a saber nada mas sobre este enigmático libro, quizás la historia siga guardandosnolo en la bruma de las noches de los tiempos hasta la eternidad.

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