viernes, 24 de abril de 2009

Cuoteo político, Un punto de vista.

En este último tiempo está de moda hablar mal del llamado "cuoteo político" -especialmente en boca de los políticos opositores- que se debe entender como el reparto entre los grupos políticos triunfadores, de los cargos que son de exclusiva confianza del Primer Mandatario, para así poder, equilibradamente, administrar el Estado. Es bueno que a este respecto recordemos la bíblica expresión: "el que esté libre de pecado, que lance la primera piedra", ya que lo cierto es que su práctica es de muy antigua data y en él se han involucrado todos los partidos que integran el abanico político chileno.

Esta práctica en sí no es repudiable, ya que toda coalición o alianza que democráticamente accede al gobierno tiene no sólo el derecho, sino que el deber de gobernar y, por supuesto a ella le corresponde aportar con sus elementos humanos capacitados, para que ocupen los cargos de confianza del Presidente de la República, quien tiene que preocuparse de mantener los equilibrios partidarios dentro de la coalición que dirige y administra el país.
Ahora bien, si en las filas de los triunfadores no existieran los profesionales y políticos de alto nivel para ejercer los altos cargos, lo adecuado es que el Presidente busque elementos independientes, no en cuanto a sus ideas políticas, porque en este terreno "nadie es independiente", sino que respecto de no ser militante de un partido político.

Actualmente en nuestro país, en forma muy inteligente, la oposición al gobierno ha publicitado la tesis de que el "cuoteo político" es malsano en su origen y en su práctica; es decir, hoy le prohíbe a la coalición gobernante que practique algo que ella hizo a su amaño y sin crítica durante 17 años, que fue lo que duró el régimen militar, donde también hubo cuoteo, ¿o ya se olvidaron de esto? Luego -siguiendo con el argumento de la alianza-, como el cuoteo político es malo, el gobierno tiene el deber de buscar los mejores profesionales y técnicos -que curiosamente no están en la coalición gobernante ni menos en la extrema izquierda-, para que ocupen los altos cargos de exclusiva confianza del Presidente de la República, y ¡oh milagro de los dioses del Olimpo! estos mejores elementos sólo se encuentran en el campo monopolizado por los políticos de la oposición de derecha. Ahí y sólo ahí están los puros e inmaculados y además competentes hombres para ejercer funciones gubernativas; fuera de su círculo todo huele a podrido y a incompetencia.

La argumentación opositora no se ajusta a la realidad, ya que fuera de ella también hay profesionales preparados y probos que en democracia tienen el derecho a gobernar con el Presidente y ocupar importantes dignidades públicas, esto no sólo es lo justo, sino que lo normal dentro de los regímenes democráticos. Lo anormal y torpe, por lo demás, es que un presidente triunfador llame a que lo acompañen en funciones gubernativas a elementos del bando perdedor, ni por muy competentes que sean.

Por lo tanto, lo que la oposición plantea no es que se termine sino que se siga utilizando, pero con ellos, no con los triunfadores en el campo electoral. Total ellos se acostumbraron a gobernar por tantos años en períodos pasados y lograron esconder bajo la alfombra toda su corrupción e incompetencia. Este fue parte del precio que se pagó para volver a la normalidad política.
Para terminar, sólo nos resta traer a colación -en forma de parodia- la famosa frase que se pronuncia en el parlamento inglés cuando muere el rey y se nombra a su sucesor: "¡El cuoteo ha muerto, viva el cuoteo!".

Santiago Araneda Espinoza
Profesor de Estado
Magíster en Ciencia Política



Fuente: http://www.cronica.cl/edicion_cronica/seccion/articulo.php?id=4909&dia=1050292800

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