lunes, 20 de abril de 2009

Wilhelm Reich, otro gran genio que fue olvidado.

Primera Etapa - Inicios.

Wilhelm Reich fue uno de los primeros colaboradores de Sigmund Freud, hacia 1922. De hecho, fue descrito por éste como su "discípulo más brillante". Reich, de modo recíproco, mostró gran entusiasmo por las teorías de Freud, en especial en lo relativo a la sexualidad.
Sin embargo, pronto saltaron muchas diferencias entre Reich y Freud.



Quizás la más importante fue el conflicto entre las posiciones de autoridad que ambos gustaban ostentar. Pero en el plano teórico también se fueron alejando progresivamente y tuvieron la ruptura definitiva en el momento que Reich tuvo ideas propias sobre el tema. Al contrario que Freud, que fue dejando de lado el instinto sexual y la dicotomía placer/dolor para centrarse en otros conceptos como el instinto de Muerte, Reich llevó el tema de la sexualidad y la psique al extremo, llegando a afirmar el principio económico en contradistinción con el tópico y el dinámico, que se mantuvieron como los pilares de las diferentes escuelas psicoanalíticas. Para Reich el sexo y el trabajo entretienen una relación bioenergética, por lo que
La salud mental de una persona se puede medir por su potencial orgásmico.
Esto quiere decir que un individuo psíquicamente sano disfruta del sexo libremente, sin traumas o inhibiciones, y una persona neurótica no. Freud y sus acólitos se fueron, según Reich, acomodando al lado de sus divanes aplicando tratamientos interminables de charloterapia. Reich prescindió de estos métodos para volcarse en el cuerpo físico.
Uno de sus descubrimientos consistió en el hecho de que las personas no neuróticas manifestaban lo que el llamó reflejo de orgasmo, consistente en el movimiento involuntario, incontrolable y repetido de la cadera a la hora de la descarga orgástica. Reich comenzó a fijarse en las actitudes y movimientos corporales de sus pacientes y se dio cuenta que los tratamientos psicoanalíticos convencionales de la época, según su opinión, eran muy poco eficaces porque el paciente poseía una tendencia terrible a esconderse de sí mismo, o por decirlo de otra manera, las barreras psicológicas del paciente tendían a perpetuarse inconscientemente. En cierto modo, las personas tenían miedo a romper sus bloqueos porque eran incapaces de sentir el placer de la distensión, de relajarse, de dejarse llevar.
Inventó pues el Análisis Caracteriológico. De esta manera, antes de pretender llegar al centro del problema del psíquico del paciente mediante charlas y circunloquios que se prolongaban años y años, la misión de Reich consistía en derribar las barreras que bloqueaban el libre flujo de energía psíquica del paciente. Esto lo consiguió aplicando otro principio descubierto por él que afirmaba:
La psique de una persona y su musculatura voluntaria son funcionalmente equivalentes.
Esto quiere decir que los bloqueos psíquicos se corresponden a contracciones musculares crónicas. Un ejemplo: una persona con miedos tiene perpetuamente tensos los muslos y los hombros, pues es la manera que tiene el cuerpo de prepararse para protegerse la cabeza y echar a correr, reacción lógica ante un peligro. Así, Reich se dispuso a combatir las enfermedades mentales a través de la liberación de las tensiones musculares crónicas, lo que dio resultados notables. Esto molestó mucho a los psicoanalistas freudianos, que se abstenían completamente del contacto físico con sus pacientes, aún teniendo un contacto emocional (llamado transferencia) por el cual el psicoanalista se convertía en padre simbólico del paciente.
Todo lo contrario que Reich, quien los abrazaba, retorcía y estiraba hasta que rompían a llorar o vomitaban, liberándose. Reich había descubierto que el reflejo del vómito era profundamente relajante y que ejercicios de estiramiento de la zona anterior del tronco terminaban provocando que la persona llorara de modo profundo, aunque aparentemente sin motivo. Más adelante llegó incluso a asegurar que el cuerpo humano no era muy distinto al de un gusano; y elaboró un sistema de curación que consiste en el desbloqueo progresivo de los diversos segmentos que componen nuestro organismo: cráneo, cuello, diafragma, vientre y cadera. Incluso llevó más lejos la comparación haciendo la analogía con un protozoo, que extiende su protoplasma ante el placer y se contrae ante el dolor. Reich entendió que la personalidad funcionaba en ciclos de tensión/liberación, en los que una correcta vida sexual era indispensable para esta última.
Finalmente, Reich percibió que los patrones musculares se podían explicar desde el punto de vista de una energía vital (que más tarde llamaría energía orgónica) que recorre el cuerpo. Aquí Reich redescubrió para occidente el concepto de chi (también llamado baraka, vril) ampliamente extendido en oriente y las sociedades herméticas.
Uno de los muchos discípulos de Reich, el ahora reputado Alexander Lowen, inventó posteriormente la Bioenergética, conjunto de técnicas curativas basadas en estos descubrimientos.



Segunda Etapa - Acercamiento al marxismo
Posteriormente, Reich se adhirió a las ideas marxistas y se afilió al Partido Comunista. A partir de entonces, su trabajo se orientó hacia la búsqueda de una síntesis entre el materialismo dialéctico y psicoanálisis. Destacan en este período sus obras La Revolución Sexual y Psicología de Masas del Fascismo. Reich postuló que el viraje hacia la metapsicología iniciado por Freud a partir de su texto Más allá del principio del placer (1920) se debía a que el carácter burgués de éste le impedía aceptar las conclusiones revolucionarias que se obtenían a partir de sus propios descubrimientos: la primacía de lo inconsciente, el papel central de la represión sexual en la psicopatología, etc.
Para Reich la mayor parte de la población sufre patologías mentales y vive en condiciones de fuerte represión sexual. Reich considera que el dominio de una clase social sobre otra necesita que la mayor parte de la población sufra una atrofia en su vida sexual, pues eso garantiza a las clases dominantes individuos pasivos y que acaten la autoridad sin cuestionamientos. De esta manera, Reich concluye que el capitalismo es incompatible con la salud mental de la población, que sólo se podrá lograr de la mano de la abolición de la sociedad de clases, es decir, a través de la revolución socialista. Esto llevó a Reich a criticar a Freud, por considerar que había colocado al Principio de Realidad en un altar, elevándolo a la categoría incuestionable. Mientras que la terapia psicoanalítica freudiana buscaba superar la neurosis mediante la adaptación del paciente al Principio de Realidad, los postulados de Reich implicaban necesariamente que la superación de la neurosis (al menos considerando a la población neurótica en su conjunto) estaría estrechamente ligada a la transformación de la realidad. Esta conclusión entronca claramente con el pensamiento marxista (Tesis XI, en las Tesis sobre Feuerbach, de Marx).
Los psicoanalistas freudianos rechazaron las elaboraciones de Reich por considerarlas 'politizadas'. En el marxismo, la recepción no fue unánime. Algunos marxistas recibieron con beneplácito su obra, aunque otros la consideraron ligeramente teñida de idealismo, y objetaron que el conocimiento de Reich del materialismo dialéctico era muy superficial.
Reich se había afiliado al Partido Comunista Alemán, a partir del cual había creado organizaciones de la juventud obrera por una política sexual, las cuales tuvieron un importante crecimiento, pero pronto el estalinismo lo expulsó de sus filas. Reich intercambió un par de cartas con León Trotsky, pero rápidamente rompieron contacto.

Tercera Etapa



En 1951 Reich, realizó el experimento que denominó "Orop Desert", y logró hacer llover en el desierto de Arizona utilizando su cloudbuster en menos de 24 horas.


La tercera etapa del pensamiento de Wilhelm Reich es, de lejos, la más polémica y la que sus detractores han utilizado para calificar el conjunto de su obra como 'delirante', para entender un poco mejor esta terrible persecución a la que fue sometido Reich es esencial el libro: "Escucha pequeño hombrecito". Resulta increíble que el hombre que fue director del seminario de terapia psicoanalítica de Viena (desde 1924 hasta 1930), muriera en una cárcel americana en 1957.
Sus estudios se centraron en el "orgón", palabra que combina "organismo" y "orgasmo". Para Reich, el orgón es la energía vital de todo organismo, es la fuerza motora del reflejo del orgasmo. Además, es de color azul, medible y omnipresente. Toda materia viva es creada y produce esta energía. Con el fin de hacerlo visible, construye en 1940 el primer Acumulador de Energía Orgónica, una caja de madera u otro material orgánico con revestimiento interno de metal, pues la primera absorbería la energía orgónica mientras que la segunda la atraería. El objetivo de Reich era hacer fluir la energía en el cuerpo de sus pacientes. Enfermedades como el cáncer, para él no eran más que acumulaciones de orgones negativos, por lo que experimentó con enfermos terminales de cáncer creyendo que podía ayudarlos. Creó el Instituto del Orgón, su Editorial y Orgonon, hogar del acumulador de orgones y un centro de investigación. Señalar que los resultados de sus investigaciones han podido ser replicados por sus seguidores.
Desarrolló la terapia que se llamó "Vegetoterapia Caracteroanalítica", concebida para liberar las tensiones de la coraza caracterológica, producto de los impulsos sexuales y emociones reprimidas. Cada individuo se crea una coraza mediante hábitos corporales y actitudes, con el fin de protegerse tanto del mundo externo como de sus propios deseos e instintos. Reich afirmó que la coraza corporal se encuentra dividida en siete áreas o sectores. Estos sectores forman bandas alrededor del cuerpo en su área, y en esa banda se estanca la energía. En órden cefalo-caudal las áreas son las siguientes: Ojos, Boca, Cuello, Pecho, Plexo Solar, Cintura o Pelvis, y Genitales. Reich debía analizar estas áreas en cada individuo y ayudarle a desbloquearlas para que la energía o el Orgón pudiese fluir nuevamente. El desbloqueo era realizado mediante masaje, movimiento, sonidos, y ejercicios.


Su obra
La correspondencia Reich - Einstein (Resumir)
El 30 de diciembre de 1940, escribió a Einstein, que trabajaba en el Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Princeton. En la carta, después de haberse referido a su pasado psicoanalítico y a su actividad didáctica en la New School for Social Research de Nueva York, le decía lo siguiente: [1]
Hace algunos años, descubrí una energía biológica que actúa de un modo particular, comportándose bajo muchos aspectos de un modo diverso de lo que se conoce acerca de la energía electromagnética. El asunto es demasiado complicado e increíble para que pueda exponerlo comprensiblemente en una carta. Sin embargo, lo que puedo decirle en pocas palabras es que la existencia de dicha energía, que he llamado "orgón", ha sido demostrada de un modo seguro no sólo en los organismos vivos, sino también en la atmósfera y en el suelo, mediante aparatos que la han puesto en evidencia, la han concentrado y han registrado las variaciones térmicas que provoca. Estoy incluso aplicándola con cierto éxito en la investigación en el campo del tratamiento del cáncer.
Todo ello —continuaba Reich— está sin embargo superando y en mucho, tanto el hecho en sí como su financiación, mis fuerzas y requiere una colaboración en gran escala, incluso porque no me parece deber excluir que dicha energía pueda ser utilizada útilmente en la lucha contra la peste fascista. Además de una breve nota publicada hace un año y medio sobre la carga de algunos aislantes mediante la irradiación proveniente del cuerpo humano y del sol, nada se ha publicado hasta el presente al respecto...
Todo el asunto es demasiado importante para exponerlo al peligro de una total destrucción por parte del irracionalismo, tan frecuentemente dominante en el mundo científico.
Sería conveniente y útil bajo todos los aspectos que le pudiera poner al corriente personalmente sobre estas investigaciones, antes de pedirle que venga a mi laboratorio y observe personalmente los fenómenos. Mi reticencia a seguir el procedimiento normal enviando una exposición a la Academia Americana de Física le podrá parecer extraña, pero es el resultado de experiencias extremadamente negativas.
Einstein respondió a los pocos días, el 6 de enero de 1941, diciendo que le gustaría hablar con Reich acerca de sus investigaciones y proponiendo un encuentro en su casa, que se fijó para el día 13 de enero de 1941 a las 15'30.
Fue un encuentro realmente histórico. Durante cinco horas Reich expuso a Einstein sus experimentos con el orgón, intentando subrayar que los fenómenos observados no tenían una explicación satisfactoria ni en la física clásica ni en la cuántica.
A medida que Reich hablaba, Einstein se interesaba y se emocionaba cada vez más. En un primer momento —explicará más tarde Reich a su amigo Neill— no hice referencia a la diferencia de temperaturas, ya que sabía que habría parecido algo increíble a su mentalidad de físico. Quería antes mostrarle las radiaciones orgónicas en el orgonoscopio que había traído conmigo. Y fíjate bien, Neill: Cerré las ventanas de la habitación de modo que quedara a oscuras, y le di el orgonoscopio mostrándole cómo debía ser usado. Esperamos unos veinte minutos para acostumbrar los ojos a la oscuridad. Luego Einstein miró al exterior por la ventana hacia el cielo nocturno, con el orgonoscopio y exclamó maravillado: "Sí, es cierto, lo veo: ¡también yo lo veo!" Miró repetidas veces por el orgonoscopio, y luego dijo: "Pero estas lucecillas en continuación: ¿no podrían estar en mis ojos?"
Quedé un poco sorprendido de su marcha atrás ya que el orgonoscopio muestra los rayos dentro de un círculo gris bien delimitado y circundado por el contorno negro de las paredes del instrumento, y porque su primera exclamación había sido espontánea y convencida. En mis artículos sobre el descubrimiento del orgón, por otra parte, había analizado largamente el problema de la objetividad de los rayos... La prueba de dicha objetividad, como había explicado, reside en el hecho que los rayos y demás manifestaciones luminosas pueden ser aumentadas si se observan con una lente: lo que no sucedería si fueran imágenes subjetivas.
Luego, Einstein pidió a Reich información acerca de los demás fenómenos que había observado. Reich le respondió que había dudado acerca de si debía hablarle de otro fenómeno que había observado ya que le habría parecido increíble: y explicó el hecho de la diferencia de temperaturas entre el interior y la pared superior del acumulador, por una parte, y la atmósfera externa al acumulador por la otra. Como Reich preveía, Einstein exclamó textualmente: Esto es imposible. ¡Si fuera cierto sería una gran bomba!
Einstein estaba bastante emocionado al igual que Reich. Después de un último breve diálogo acerca del fenómeno, se acordó que Reich le enviaría un pequeño acumulador: Einstein prometió que si las observaciones eran confirmadas apoyaría el descubrimiento.
Antes de despedirse, Reich preguntó a Einstein si ahora empezaba a comprender la razón por la que más de uno afirmaba que él, Reich, estaba loco, y Einstein le respondió que, después de tantas y tan heterodoxas hipótesis científicas, una acusación semejante era perfectamente comprensible.
Antes de continuar con la narración, me parece necesario notar que esta larguísima conversación con el mayor físico de nuestro siglo, durante la que fueron tocados los mayores problemas teóricos de la física moderna y en cuyo final Einstein puso obstáculos al saber que Reich no era doctor en física manifestando su intención de profundizar personalmente en las observaciones y en los experimentos de Reich, sería suficiente por sí sola para demostrar no sólo la impresionante versatilidad intelectual de Reich, su capacidad excepcional de penetrar (en campos de investigación en los que no tenía ninguna preparación académica, sino también la profunda y persuasiva lógica científica de su pensamiento incluso cuando exponía aquellas teorías y observaciones que sus detractores y difamadores pretendían ya rechazar sin ni fijarse en ellas como extravagantes ("extravagantes fantasías" las definirá, con tono dogmático, Marcuse) de un delirio paranoico.
El coloquio con Einstein había dado a Reich comprensibles esperanzas. Construyó rápidamente un pequeño acumulador y a primeros de febrero, invitado por Einstein, fue personalmente a llevárselo.
Colocaron el acumulador en el sótano de la casa de Einstein, sobre una mesa, y el termómetro de control fue suspendido en el aire, a la misma altura, a un metro de distancia aproximadamente de la mesa. Poco tiempo después, Reich y Einstein pudieron comprobar que el termómetro colocado encima del acumulador marcaba una temperatura superior de 1° aproximadamente a la del termómetro suspendido en el aire. Einstein mostró de nuevo su emoción y Reich su comprensible alegría. Einstein le dijo que deseaba observar personalmente la continuidad de la diferencia de temperaturas durante dos o tres semanas. Luego, le escribiría.
Apenas diez días más tarde Reich recibió una carta que terminó con muchas de las esperanzas iniciales. Después de decirle que se había limitado a controlar los fenómenos térmicos ya que por lo que se refería a los luminosos no había logrado excluir la posibilidad de que se tratara de Impresiones subjetivas (por lo que parece, también el gran Einstein era a veces impermeable a los argumentos, dado que la carta repite con los mismos términos la objeción expuesta durante el primer encuentro y dicha objeción había sido "desmontada" con la observación que dichos fenómenos, si hubieran sido subjetivos, no habrían podido ser aumentados, como en realidad eran, mediante la interposición de una lente) el gran físico continuaba:
Al principio, realicé una serie suficiente de lecturas sin hacer ninguna modificación a sus instrumentos. Y efectivamente, el termómetro colocado encima de la caja marcaba siempre una temperatura superior de 0'3-0'4° a la del termómetro suspendido en el aire de la habitación.
Las observaciones de Einstein, pues, confirmaron las afirmaciones de Reich, las observaciones que, si eran confirmadas, habrían sido, utilizando las mismas palabras de Einstein, «una gran bomba en el mundo de la física».
Pero entonces —escribirá más tarde Reich— surgió un fenómeno que he experimentado muchas veces en otros físicos y científicos: en un primer tiempo niegan el hecho. Cuando lo demuestro y no logran rebatirlo, intentan rechazarlo con alguna extravagante interpretación. Esto, en esta circunstancia, no sucedió con Einstein pero sí con su ayudante.
Uno de mis ayudantes —continuaba de hecho la carta de Einstein— ha sin embargo llamado mi atención sobre el hecho que en las habitaciones en las que trabajamos la temperatura del pavimento es siempre inferior a la del techo. (Como se recordará se trataba de un sótano y, por lo tanto, la calefacción de la casa tendía a mantener siempre más caliente el techo durante el invierno.)
Si —escribiría Einstein— en una habitación de este tipo colocamos un plano horizontal estable, la cara inferior del plano comunicará por convección sobre todo con el pavimento y la cara superior con el techo. Y de hecho, he constatado que en la cara inferior del plano de la mesa (en la que estaba colocado el acumulador) la temperatura era inferior de una media de 0'6° respecto a la de la cara superior. Este elemento ha sido finalmente individuado como decisivo en base a los controles sucesivos.
He empezado sacando la caja metálica de la envoltura y de la "jaula" de madera, la he colocado directamente sobre la mesa y he instalado el termómetro sobre la pared superior de la caja metálica envolviéndolo en un periódico doblado e introduciendo el periódico por el agujero en que antes estaba colocado el cilindro de barro cocido.
Resultado (confirmado por repetidos controles): la diferencia de temperatura desaparecía o, de todas formas, no superaba en más o en menos 0'1°. Esto autoriza a una afirmación categórica: si se quita la estructura de la caja metálica (y viene a estar en contacto directo con la mesa) la diferencia de temperatura desaparece. Pero hice aún otros controles.
Para eliminar la influencia que el mayor contacto con el plano de la mesa, enfriado por abajo, tenía sobre la caja metálica, coloqué entre el pavimento de la caja y el plano superior de la mesa algunos estratos del papel de embalaje que Vd. trajo. E inmediatamente apareció de nuevo la diferencia de temperatura: la temperatura marcada por el termómetro colocado encima de la caja fue de nuevo de 0'3° a 0'4" superior a la del termómetro en suspensión libre.
Con estos experimentos, considero el problema totalmente resuelto: la diferencia de temperatura nada tiene que ver con la caja metálica ni con su envoltorio, sino que es debida simplemente a la acción del plano horizontal de la mesa.
Para Reich fue un duro golpe, que, como veremos, dejó un rastro quizás permanente en las interpretaciones de sus sucesivas actuaciones científicas. Pero, una vez más, no se desanimó. Con fecha 20 de febrero de 1941 envió a Einstein una larga carta-memorial en la que literalmente destruía la interpretación del ayudante de Einstein, aceptada por el mismo Einstein.
No disponemos de espacio para reproducir aquí en detalle la magnífica refutación, pero algunos de los argumentos más aplastantes y accesibles merecen ser citados.
Reich hacía notar en primer lugar que si la diferencia de temperatura era debida a la «convección» que provenía del techo, habría debido ser anulada cambiando de lugar el termómetro de control que pendía al lado de la mesa, colocándolo encima del plano de la mesa, en el que se encontraba el acumulador. Pero no sucedía así: la diferencia de temperatura persistía, aunque ligeramente reducida (precisamente por el efecto de convección observado por el ayudante de Einstein).
Otro mentís a la «interpretación convectiva»: si sobre el acumulador y sobre el termómetro de control se suspende otro plano de madera a un metro aproximadamente del plano de la mesa, interrumpiendo de esta forma la posible convección térmica del techo hacia la mesa, la diferencia de temperaturas persiste.
Tercer control: si, para reducir la diferencia de temperaturas entre la superficie inferior y la superficie superior de la mesa, se sustituye el plano de madera de la mesa (mal conductor térmico que permitiría la acumulación del mayor «calor de covección» en la caja) por un plano de metal (buen conductor del calor que anula rápidamente la diferencia de calor entre la propia superficie superior y la superficie inferior, y por lo tanto la presunta causa del fenómeno examinado) la famosa diferencia de temperaturas entre el termómetro de la caja y el de control persiste.
Cuarto control: dicha diferencia persiste incluso si la caja es suspendida en el aire, al igual que el termómetro de control, sin plano alguno debajo al que puedan ser atribuidos fenómenos de convección.
Hizo además otro control, esencial. Reveló que había tenido un acumulador durante meses al aire libre y que había constatado diferencias de temperaturas incluso mayores a los 0'5° observados por Einstein aunque no hubiera ningún «techo» encima del acumulador, ni ningún tipo de envoltura caliente o fría, ni fuera tocado por los rayos solares, siendo la temperatura circunstante controlada metódicamente con varios termómetros de control.
Luego Reich exponía de nuevo todas sus observaciones precedentes a nivel biológico y daba algunos datos impresionantes acerca de los resultados obtenidos con más de 200 cavias cancerosos tenidos cotidianamente durante media hora en el acumulador: los que habían sido tratados tenían una sobrevivencia media tres veces superior.
Resumía además su teoría de la vida como fenómeno energético de pulsación rítmica (expansión-contracción) y en cuatro tiempos (tensión-carga-descarga-distensión).
Me doy cuenta —prosigue amargamente Reich— que todo ello es extraordinariamente esquemático y parece "alocado". Evidentemente, es algo demasiado vasto para que pueda ser dominado por mí solo. Además, parece tan nuevo que durante años he tenido yo mismo la sensación de estar avanzando por un camino extraordinariamente peligroso teniendo muy pocas esperanzas de franquear la barrera de la tradicional resistencia frente a todo lo nuevo...
En ocasión de mi primera visita, le hablé de algunas de mis ideas sobre los resultados experimentales y clínicos... Aplastado por la magnitud de aquellas hipótesis, esperaba obtener de Vd. en el campo de la física, como en otros, la ayuda que mi trabajo sobradamente merece... Si no lograra interesar al mundo de la física en este descubrimiento biofísico, no vería muchas posibilidades para realizar, en un tiempo razonable, la exploración del sector físico de este gigantesco campo de investigación... Además, todo juicio negativo de su parte induciría probablemente a la gente, tan ciegamente devota de la autoridad como es normalmente, incluso en el mundo científico, a girarse contra mi trabajo. Debería luchar solo, expuesto a las habladurías maliciosas que remplazan a los argumentos objetivos, sin fondos excepto mi modesto sueldo de profesor, del que durante años he ido gastando de 300 a 500 dólares mensuales para el laboratorio. Mi único recurso sería mi reconocida competencia en el campo de la biopsicología y mi único refugio serían los muchos resultados que, con el pasar de los años, se han ido acumulando...
En estas circunstancias, los conceptos equivocados, metafísicos y mecanicistas de la función vital que dominan en la biología actual continuarían floreciendo...
Las dificultades que sigo encontrando derivan del hecho que los resultados tomados uno a uno, aisladamente, son difícilmente comprensibles; por ejemplo:
Cuando, en base a la fórmula biológica de "tensión y carga" (1930-1935) descubrí que el placer y la angustia corresponden a las direcciones opuestas de las corrientes bioeléctricas en el organismo (centrífugas: expansión y placer; centrípetas: contracción y angustia) un médico reaccionó con el "argumento" que los potenciales eléctricos de la piel no son el resultado de las emociones psicosomáticas del entero organismo, sino sólo "potenciales que derivan del contacto entre el electrodo y la membrana de la piel". No supo sin embargo decir por qué era preciso medir los potenciales del organismo vivo, si dichos potenciales podían ser observados igualmente con un electrodo y una membrana cualquiera.
Cuando en 1936, basándome en la función experimentalmente controlada de tensión y carga, descubrí los biones, se me hizo la objeción que eran el resultado de las "esporas atmosféricas". Dicha objeción me llevó a los experimentos de esterilización con autoclave y calentamiento de algunas substancias hasta la incandescencia: y dichos experimentos no sólo refutaron el "argumento" de mis contrincantes, sino que demostraron que los biones podían ser producidos infinitamente mejor de aquella manera.
Cuando sostuve que los biones debían ser observados a más de 2.000 aumentos, se me opuso el "argumento" que con más de 1.000 aumentos "las estructuras dejaban de ser claramente visibles". Respondí que en caso de los biones no se trata de analizar las estructuras sino de poner en evidencia sus sutiles movimientos de expansión y contracción que son visibles claramente sólo a 2.000-4.000 aumentos. He también respondido a otro "argumento": el que dichos movimientos eran sólo fenómenos físicos (el llamado "movimiento browniano").
Cualquiera que observe biones de polvo de carbón a más de 2.000 aumentos se da forzosamente cuenta de que los movimientos de los biones proceden del interior de dichos biones, y de que no son solamente el resultado de acciones externas relacionadas con la llamada "colisión de moléculas".
A principios de 1937 el profesor Lapique, conocido fisiólogo de la Academia Francesa, se negó a publicar los hechos acerca del carácter biológico de los movimientos de los biones y de la posibilidad de cultivo de dichos biones. Se limitó a reconocer la existencia de formaciones de bacterias en las preparaciones estériles. A pesar de que la Academia pidió la autorización para publicar una parte de mi comunicación, no la concedí ya que sí querían omitir algunos resultados esenciales, entre ellos la naturaleza biofísica y no química, como se quería sostener, de los biones... De un modo análogo, las microfotografías realizadas por mí y que demostraban de un modo inequívoco la organización protozoaria del musgo sometido a desintegración vesicular... no han sido nunca mencionadas...
Y de un modo análogo, a principios de 1937, descubrí el desarrollo de las células cancerosas del tejido animal sometidas a desintegración vesicular, y me di cuenta de la analogía entre el desarrollo de las células cancerosas y el de los protozoos procedentes del musgo desintegrado, me puse en contacto con el director de la Clínica estatal noruega para el estudio y el tratamiento de los tumores. Pero todo ello terminó con una campaña de prensa calumniosa que duró muchos meses y casi destruyó mi existencia...
Cuando logré hacer derivar de un cultivo de tejido canceroso putrefacto microorganismos de unos 0'25 microns que, inoculados en ratas sanas, produjeron en ellas formaciones cancerosas, un biólogo que se había interesado en mi trabajo objetó que había observado bacilos de la putrefacción en mi preparado... No se daba cuenta de que, con su "objeción", confirmaba en realidad mi experimento: los microorganismos inoculados en los cavias eran en efecto el resultado de una degeneración putrefacta de las proteínas. De esta forma análoga han ido las cosas durante años y años.
Y ahora llega su ayudante, que no puede tener ninguna idea del conjunto de mi trabajo, y sostiene que la diferencia de temperatura es el resultado de la "convención del calor del techo hacia la superficie superior del plano de la mesa".
Después de haberse referido al origen irracional de todas estas resistencias de su trabajo, y en particular al profundo temor que el hombre de nuestra sociedad siente cuando está a punto de descubrir en su propia vida y en la vida natural una función de la materia no viva, Reich concluía de la siguiente forma:
Sean cuales sean sus decisiones, después de estas explicaciones, deseo darle vivamente las gracias por el trabajo que ha realizado. Aparte mis colaboradores franceses y escandinavos usted ha sido el único científico que he encontrado en estos últimos doce años que haya comprendido la base física de mi teoría biológica: es decir, el desarrollo de vesículas de materia orgánica mediante la energía liberada de la materia. Este hecho, por sí solo, toma para mí y para mi causa científica un gran significado...
Si, al contrario, decidiera usted conceder su colaboración tal como en un principio estaba dispuesto a hacer, tendría garantizada la gratitud no sólo de algunos médicos y científicos de valor, sino, y sobre todo, la de innumerables cancerosos a los que la energía orgónica, si fuera estudiada minuciosamente, podría beneficiar...
Desilusiones
A esta llamada apasionada, que demuestra una vez más con qué desesperada e inútil tenacidad Reich buscó ayuda y apoyo en su larga y solitaria aventura intelectual y hasta qué punto son injustas las acusaciones de haberse querido aislar en una investigación diletantística y pretenciosa, Albert Einstein no respondió. El 1 de mayo de 1941 Reich le comunicó otros notables resultados obtenidos en el tratamiento del cáncer con la energía orgónica y solicitó una respuesta a su memorial de febrero: en vano. Solicitó de nuevo una respuesta el día 17 de mayo y el 23 de septiembre: pero de nuevo sin resultado. Entonces, el 5 de noviembre Use Ollendorff, la segunda esposa de Reich, que trabajaba con él como asistente, escribió a la secretaria de Einstein, H. Dukas, pidiéndole secamente que mandara los aparatos orgónicos que habían quedado en casa de Einstein. Einstein envió inmediatamente el acumulador, pero no el orgonoscopio. Cuando Use Ollendorf pidió de nuevo su restitución, la señorita Dukas respondió que Einstein no lo había restituido porque pensaba que Reich se lo había regalado. Reich insistió para que le fuera devuelto, pero fueron necesarios dos meses y nuevas solicitudes para que finalmente el orgonoscopio fuera restituido.
Pasaron un par de años de silencio glacial hasta el momento en que llegó a oídos de Wolfe, el colaborador de Reich, un «rumor» difundido en los salones intelectuales según el que Einstein había controlado experimentalmente las afirmaciones de Reich, demostrando su inconsistencia. Dado que, al contrario, Reich había refutado la presunta «demostración» de Einstein (o mejor, de su ayudante) sin haber recibido respuesta alguna, este «rumor» acerca de cuyo origen no podían caber dudas, tomaba el carácter de una provocación. Wolfe escribió pues a Einstein advirtiéndole que, dada la situación, se vería obligado a publicar la entera correspondencia para que se restableciera la verdad de los hechos. A esta carta, Einstein, que desde hacía tiempo parecía haber perdido el don de la expresión, respondió rápidamente, al día siguiente, declarando que debía hacer notar a Wolfe que no tenía derecho a publicar sin la debida autorización nada de lo que él, Einstein, había escrito a Reich. «No pienso autorizar ninguna publicación de este tipo —terminaba Einstein— y debo decirle que haré todos los pasos necesarios para evitar la explotación indebida de mi nombre a este propósito. No puedo consentir que mi nombre sea utilizado con fines publicitarios, especialmente tratándose de una cuestión en la que no tengo confianza.
A este punto, Reich, como siempre en casos parecidos, reencontró su garra. El 20 de febrero de 1944 mandó a Einstein una carta que queda como testimonio de su dignidad y de su indestructible valor moral:
Apreciado profesor Einstein —dice la carta—: el doctor Wolfe me ha enviado copia de su carta. Como guía responsable de un grupo de científicos honestos y de una actividad científica de gran importancia, debo protestar contra el insulto contenido en ella.
En un principio Vd. declaró, con toda espontaneidad, que estaba dispuesto a apoyar mi trabajo si el fenómeno de la diferencia de temperaturas, definido por Vd. como "una bomba en el mundo de la física", fuera confirmado. Resultó confirmado delante de sus mismos ojos. Luego su ayudante propuso una interpretación equivocada del fenómeno, interpretación que he refutado experimentalmente. Pero Vd. no respondió ni a la larga relación en la que le comunicaba esta refutación experimental. Luego le he demostrado una gran confianza comunicándole resultados e hipótesis de gran importancia.
Algunos enemigos de mi trabajo han empezado a explotar su autoridad en el mundo de la física para atacarme, deformando los hechos y poniendo calumnias en circulación. Después de haber aplazado por tres años la publicación de los hechos que le presenté en 1941, nos vimos obligados a hacer conocer al público la verdad. Pedí al doctor Wolfe que le informara anticipadamente de la necesidad en que nos hallábamos. A ello, Vd. ha respondido de un modo insultante acusándonos de mercantilismo y de un intento de utilizar su nombre para fines publicitarios. Los hechos esenciales de la biofísica orgónica son demasiado serios y demasiado sólidos para que tengan necesidad de propaganda con trucos de este tipo. Han logrado afirmarse sin necesidad de su aval, y seguirán haciéndolo. »No tiene Vd. derecho alguno a insultar a personas trabajadoras y honradas que afrontan los más duros sacrificios económiso y profesionales para su trabajo de investigación científica. Como le he dicho, y como está confirmado por documentos, la investigación orgónica no trae consigo ningún beneficio: al contrario, cuesta grandes cantidades de dinero.
Su actitud es incomprensible. Si quiere Vd. impedir que su nombre sea utilizado, debería actuar contra los que nos calumnian, no contra nosotros.
A esta carta, Einstein, habiéndose dado cuenta del absurdo de su precedente actitud, respondió con una carta breve y extraña en la que, después de haber declarado que no había puesto nunca en circulación rumores contra el trabajo de Reich y que no había respondido a sus cartas precedentes porque «habiendo llegado a las conclusiones ya expuestas» del mejor modo que le había sido posible, no podía dedicar más tiempo a la cuestión, terminaba así:
Le ruego que trate con discreción mis declaraciones orales y escritas, como yo he hecho siempre con las suyas.
Reich hizo como Einstein le pedía y terminó de esta forma su extraña correspondencia, en la que, por cierto, el gran físico no tuvo un papel demasiado brillante ni en el plano moral, ni en el plano científico.
La correspondencia Reich - Malinowski (Resumir)
En el libro Reich habla de Freud, aparecen cinco cartas que enviaron el antropólogo Bronislaw Malinowski y el psiquiatra Wilhelm Reich. La fechas aproximadas son entre 1938 y 1942, año en que fallece el autor de 'Sexo y represión en la sociedad primitiva'. Tres aspectos pueden tomarse de esta correspondencia: la situación que atravesaban ambos investigadores en sus distintos campos, el funcionalismo como teoría central para sus trabajos y las consecuencias y repercusiones.
Bronislaw Malinowski había nacido en Cracovia, capital de la Galitzia austrìaca en 1884 (hoy Polonia). Su padre era un eslavista especializado en el dialecto polaco en la región de Silesia. El joven Bronislaw comienza a estudiar filosofa en 1903, obteniendo un doctorado en filosofía en 1908. Continúa sus estudios en Leipzig (Alemania). Su pasión por la antropología nace al leer 'La rama dorada' de Frazer. En 1910 se instala en Inglaterra, para estudiar antropología en la London School of economics. Publica en 1913: 'La familia entre los aborígenes australianos'. La Primera Guerra Mundial, lo encuentra en Nueva Guinea, Melanesia, viviendo entre los naturales de Mailu. Luego se trasladarà al archipiélago de las Trobiand. Comienza un trabajo de campo conviviendo y aprendiendo la lengua de los nativos. Investiga todos los aspectos de su cultura. En 1916 vuelve a Londres y se doctora en antropología. Al año siguiente vuelve a Trobiand. Comienza a escribir 'Los argonautas del pacífico occidental' que se editará en 1922. Visita por primera vez EEUU en 1926, aparece: 'El mito en la psicología primitiva' y 'Crimen y costumbre en la sociedad salvaje'. En 1927 es designado profesor titular de antropología en la Universidad de Londres. Escribe: 'El padre de la psicología primitiva' y 'Sexo y represión en la sociedad salvaje'. Durante este ultimo periodo Malinowski comienza a debatir con el psicoanálisis. Aparece el articulo 'Psychoanalysis and Anthropology' (Psyche, Londres 1924). Al que le responde Ernest Jones (psicoanalista, biògrafo de Freud) con Mother and sexual ignorance of savage (International Journal of psychoanalysis, 1925).
Wilhelm Reich había nacido en la Dobrzcynica, en la parte de la Galitzia que pertenecía al imperio austriaco. En 1922 se diploma como medico por la Universidad de Viena. Continua su formación en psiquiatría durante dos años más con Wagner-Jauregg (premio Nobel de Medicina) y Paul Schilder. Desde 1920, antes de recibirse pertenece al círculo de psicoanalítico de Viena. Había conocido a Sigmund Freud en 1919, invitándolo a un Seminario de Sexología en la Facultad de Medicina. Desde 1923 trabaja en el Policlínico Psicoanalítico de Viena, después coordinará el Seminario Técnico, y comienza a escribir artículos para revistas de psicoanálisis. En 1925 aparece su primer libro 'El carácter compulsivo' y en 1927 la primera versión de 'La función del orgasmo', dedicada a Freud. Las investigaciones de Malinowski aportaban sobre la base de los trabajos en terreno, tan vital hoy para los antropólogos, datos para pensar que los 'primitivos o los salvajes' como se los llamaba, no vivían en la promiscuidad y el desenfreno. En sus libros plantea que la vida de esos hombres se enmarca en una delicada trama de derechos y obligaciones. 'Los argonautas del pacífico occidental' presenta no solo un carácter metódicos sino que plantea: 1) la valoración de las culturas primitivas. La visión eurocentrista y positivista de la época arrastraban concepciones sobre la superioridad del hombre occidental. 2) Mostraba que en una economía primitiva como la Trobiandesa intervienen factores mágicos y de prestigio, no directamente ligados al valor útil de la mercancía. Permitía entender la complejidad de las culturas melanesias que participaban en el comercio Kula. Refutaba la idea de que la existencia de los pueblos primitivos se caracteriza tan solo por el esfuerzo de sobrevivir. 3) Por primera vez en la investigación antropológica, una cultura se estudió sistemáticamente. El demuestra que la cultura es un todo funcional. El funcionalismo de Malinowki tenía antecedentes en Franz Boas (quien señalaba la necesidad de interpretar los hechos sociales en su conexión). También influyó la escuela de sociología francesa a través de Marcel Mauss, Emil Durkheim, y la inglesa a partir de Herbert Spencer.
La cultura es un todo orgánico. Por eso para Malinowski no es posible el estudio del sistema de parentesco de una cultura, si a la vez no se interrelaciona con las bases económicas de esa cultura, con su organización política, con sus instituciones sociales, con el entramado jurídico que la sustenta, con la religión que la cohesiona. Todas estas nuevas concepciones iban a influenciar a Wilhelm Reich en su periodo psicoanalítico. Pero desde los sucesos de Schattendorf (Austria) donde hubo una violenta represión contra manifestantes produciendo muchos muertos, Reich comenzaría a militar en el partido comunista austriaco contra el avance del fascismo. En 1930 se va a trabajar a Alemania hasta 1933 donde debe salir por la toma del poder por los nazis. 'La irrupción de la moral sexual' (primera versión en 1932) estará basada sobre las obras de Malinowski. Plantea el origen de la represión sexual, La economía sexual en la sociedad matriarcal, Contradicciones económicas y sexuales en los Trobiandeses, El comunismo primitivo-matriarcado, Propiedad privada-patriarcado, un estudio sobre las teorías de Morgan y Engels. A su vez en el apéndice respondía a Géza Róheim (psicoanalista y etnólogo) que había viajado a estudiar los totems australianos y a Nueva Guinea. Malinowski y Reich se conocieron en 1933 en Londres. El antropólogo había reconocido que 'Der Einbrusch der sexualmoral' (La irrupción de la moral sexual) era una obra que comprendía y utilizaba correctamente sus teorías sobre los trobiandeses.
El 12 de marzo de 1938, desde el Departamento de Antropología en The London School of Economics and Political Sciencie (Universidad de Londres) escribe: "Conozco al Dr. Wilhelm Reich desde hace cinco años, durante cuyo periodo he leído sus obras, teniendo también muchas oportunidades de conversar y discutir con él en Londres y Oslo". Para ese tiempo Reich vivía en Noruega, y comenzaba a desatarse una fuerte campaña en contra de sus trabajos e investigaciones. "Considero su obra sociológica como una clara y valiosa contribución a la ciencia. En mi opinión, constituiría una perdida lamentable que el Dr. Reich se viera obstaculizado de alguna forma en el disfrute de las mayores facilidades para la puesta en practica de sus ideas y descubrimientos científicos". Malinowski brindaba un claro apoyo a la situación que estaba atravesando Reich en esos momentos. Seguía en esa carta: "Me gustaría añadir que mi testimonio puede tener una cierta fuerza adicional, viniendo como viene de alguien que no comparte las avanzadas ideas del Dr. Reich, ni tampoco sus simpatías por la filosofía marxista. Me gusta definirme como un hombre chapado a la antigua, casi un conservador liberal."
Reich con fecha 29 de abril le agradece su solidaridad comentándole el efecto que producían sus descubrimientos, y agrega algo que había visto en las calles de Berlín, y en toda Alemania: "No soy un optimista empedernido, pero gracias a mi trabajo he podido percatarme sobradamente no solo de los impulsos satánicos del hombre, sino de Su lado humano. Así si Hitler tira de los hilos y destapa la vertiente subhumana por qué no habríamos de concentrarnos en su núcleo humano, que sabemos que siempre existe conjuntamente, pero que ha sido simplemente enterrado?".
Su libro 'Psicología de masas del fascismo'(aparecido en 1933) había sido traducido a varios idiomas, Hitler ya tenía campos de concentración en Alemania y Freud estaba a punto de salir de Austria- luego que su hija Anna fuera detenida por la Gestapo- gracias a los pedidos de embajadores, científicos y hasta de Mussolini.
Wilhelm Reich había sido expulsado de la Asociación Psicoanalítica Internacional y del partido comunista en 1934. Para los primeros por ser demasiado marxista y para los segundos por 'la edición de un libro contrarevolucionario'. En ese libro Reich utilizaba categorías psicoanalíticas, y sus nuevas teorías de la Estructura Caracterial (Análisis del carácter) par explicar como individuos criados desde la infancia en familias dominadas por el padre, generan sometimiento, son preparadas para ser rebaño, y porque la necesidad de un Fuhrer o un Duce. En el capítulo: La sumisión automática a las costumbres y el verdadero problema (Crimen y costumbre en la sociedad salvaje) se ve también una clara influencia de las ideas antropológicas sobre Reich.
En 1939 Malinowski se encontraba en EEUU. Estaba realizando trámites para lograr que Reich pudiera ser admitido en alguna Universidad de New York. Le escribe: "Otro inconveniente lo constituye el hecho de que muchos psicoanalistas no quieren saber nada con ud. Ya sabe por quien se inclinan mis simpatías, así que no necesito contarle lo indignado que me siento cuando me percato de esta actitud. La cosa no iría tan mal si los psicoanalistas americanos no estuvieran tan dominados por gente de Viena o Berlín. Pero a cualquier sociedad psicoanalítica que vayas te encuentras en los puestos clave a Rank, H. Sachs, o Alexander". Junto al Dr. Theodore Wolfe (quien había ido a estudiar con Reich en Noruega) lograron conectarlo con Alvin Johnson de la New School of Social Research, Donde Reich fue como docente, viajando a EEUU en septiembre de 1939. En ese mes los nazis habían invadido Polonia (Donde hoy están los territorios de nacimiento de Reich y Malinowski).
En 1940 ya estallada la Segunda Guerra Mundial, Bronislaw Malinowski ejerce como profesor de Antropología en la Universidad de Yale. Se casa con la pintora Valetta Swann. En 1941 junto a su mujer se traslada a México, para centrarse en el estudio de las culturas indio- mexicanas y el cambio social. El 31 de enero de 1942, desde New Haven, Connecticut, le escribe: "Todo este asunto era, por supuesto, ridículo pues nadie que estuviera en su juicio puede sospechar que albergaba ud. tendencias o simpatías pro- nazis. A pesar de lo cual, estas cosas son siempre extraordinariamente penosas". En la introducción de 'La función del orgasmo' (segunda versión 1942 The discovery of the Orgone) Theodore Wolfe aclaraba: "a las dos de la madrugada del 12 de diciembre de 1941, Reich fue sacado de la cama por agentes de la FBI (Federal Bureau of Investigation) y llevado a Ellis Island. Del expediente de Reich, así como de las investigaciones efectuadas antes y después de su detención resultaba del todo evidente que nada permitía situar a Reich bajo los preceptos de la Enemy Alien Act. Hasta el 5 de enero de 1942 no se dictó su libertad condicional. Aunque se había utilizado contra la obra de Reich el procedimiento de denuncias a la policía ya antes en Europa, nunca hasta entonces había sido detenido".
La persecución contra la obra y los trabajos de Reich en Dinamarca (Copenaghe), Suecia (Malmo), Noruega (Oslo) entre 1934 y 1938, no iban a disminuir en EEUU. Con una carta sin fecha responde: "Habían investigado mi caso durante más de un año, sin encontrar nada, sin ninguna querella, y sin embargo me he pasado tras los barrotes tres semanas y media. Todo el asunto fue algo completamente ilógico, debido a la denuncia de algún cobarde que no se atreve a enfrentarse conmigo en una discusión pública". Y con su increíble optimismo frente a la adversidad Reich continua: "Recuerda ud. mis problemas en Dinamarca y Suecia allá por 1934, cuando los psiquiatras acudieron a la policía? Bien, pues aquí ha pasado lo mismo. Las inconveniencias a las que se enfrentan nuestra labor son enormes, pero también lo son nuestros triunfos. Pronto aparecerá en inglés un libro mío 'The discovery of the orgone', que resume veinte años de investigación biofísica y de análisis del carácter, así como de una revista publicada por nuestro instituto y la rama americana. Deseo agradecerle su declaración jurada que envió con ocasión de mi arresto. Espero verlo pronto alguna vez. Deseo que se encuentre bien y no esté excesivamente angustiado por el desastre internacional. Creo que los psiquiatras que comprenden el distorsionado desarrollo biológico de los seres humanos, habrán de realizar tareas difíciles cuando esto acabe".

Arresto de Reich, 1956

Malinowski fallece el 16 de mayo de 1942 de un ataque al corazón. Su viuda edita: Una teoría científica de la cultura. Aquí distingue siete necesidades biológicas, cuya satisfacción es imprescindible para sobrevivir: el metabolismo, la reproducción, el bienestar corporal, la seguridad, el movimiento, el crecimiento y la salud. La cultura es un todo funcional que està al servicio de las necesidades humanas. El definía 'necesidad' como el sistema de condiciones que se manifiestan en el organismo humano, en el marco cultural y en la relación de ambos con el ambiente físico, y que es suficiente y necesario para la supervivencia del grupo y del organismo. Por las ultimas investigaciones que realiza Wilhelm Reich tampoco va a pasar los próximos años tranquilo. Editará 'La revolución sexual' y una nueva versión (con capítulos que agregó) de 'Psicología de masas del fascismo'. Proseguirá sus investigaciones y continuará editando libros: 'La biopatía del cáncer', 'Ether, Dios y el diablo', 'Superposición cósmica', 'Contactos con el espacio'. Irá desde la biogénsis, la oncología, la formación de desiertos, de huracanes, fuerza de gravedad, cuyo punto en común será la ENERGIA. En 1941 se encontrará con Albert Einstein.

Reich también desarrolla una teoría funcionalista, una síntesis superadora que llamará orgonomía. En el libro de 'The bion experiments, on the origin of life' (versiòn inglesa de 'Die bione' aparecido en 1938) muestra el pasaje del materialismo dialéctico al funcionalismo energético. A partir de la publicación de 'Beyond psychology / letters and journals 1934-1939' y 'American odyssey / letters and journals 1940-1947', hoy tenemos nuevos documentos para entender qué sucedió con la obra y la metodología de investigación, como también nuevos campos epistemológicos. En una anotación del 26 de noviembre de 1946, escribe: "Malinowski afirmaba la sexualidad de los niños trobiandeses pero no la de los niños europeos" (American Odyssey). Una critica interesante para su amigo.
Reich seguirá siendo perseguido, muere en EEUU, el 3 de noviembre de 1957 en una cárcel. Diez años después de su muerte sale editado 'Reich habla de Freud', son una serie de entrevistas realizadas el 18 y 19 de octubre de 1952 en Maine para los Archivos Sigmud Freud; contenía un anexo documental de cartas y artículos, que permitieron aclarar muchos aspectos de ese tiempo que impedían ver la valoración científica de la obra de Reich, y entender porque hubo una conspiración de silencio durante tanto tiempo.
Citas de Reich
La función del orgasmo, el descubrimiento del orgón

Además, el masoquismo se convirtió en un problema central de la psicología de las masas. La solución práctica de ese problema en el futuro era un asunto que parecía ser de importancia decisiva. Millones de trabajadores sufren las más severas privaciones de toda índole, siendo dominados y explotados por unos pocos individuos que tienen el poder en sus manos. El masoquismo prospera como una maleza bajo la forma de las distintas religiones patriarcales, como ideología y práctica, ahogando todas las exigencias naturales de la vida. Mantiene a las gentes en un profundo estado de resignación humilde, frustrando sus esfuerzos por actuar en forma cooperativa y racional, haciéndolos eternamente temerosos de asumir la responsabilidad por su existencia. Ese es el obstáculo contra el cual tropiezan aún las mejores intenciones de democratizar a la sociedad.

Contacto Con El Espacio
Hay muchos que me tildarán de "Loco" [1] por lo que he escrito en este libro. Mi respuesta es esta: El roble fuerte de hoy es sólo la bellota de ayer que arraigó en su suelo.
¿Un mundo libre?
"¿Soy un extraterrestre?. ¿Pertenezco a una nueva raza en la Tierra, criado por hombres del espacio exterior en abrazos con mujeres de la Tierra?. ¿Mis hijos son vástagos de la primera raza interplanetaria?. ¿El crisol de la sociedad interplanetaria ya ha sido creado en nuestro planeta, como el crisol de todas naciones de la Tierra se estableció en los USA hace 190 años?.

"¿O esta idea se relaciona con las cosas a venir en el futuro?. Pido mi derecho y privilegio de tener tales ideas y hacer tales preguntas sin ser amenazado de ser encarcelado por cualquier agencia administrativa de la sociedad.... Ante una jerarquía de censura científica rígida, doctrinaria, autoelegida y lista para matar parece tonto divulgar tales ideas. Cualquiera lo suficientemente maligno podría hacer cualquier cosa con ellas.
Todavía el derecho de estar equivocado tiene que ser mantenido.
No deberíamos temer a entrar en un bosque porque hay gatos monteses por ahí en los árboles.
No deberíamos ceder nuestro derecho a la especulación bien controlada.
Es a ciertas preguntas implicadas en tal especulación a lo que los administradores del conocimiento establecido temen....
Pero al entrar en la edad cósmica debemos insistir ciertamente en el derecho a preguntar nuevas preguntas, incluso las preguntas tontas, sin ser molestados."

El científico, Wilhelm Reich, escribiendo su libro, Contacto Con El Espacio. Reich murió en una cárcel de Estados Unidos el 3 de noviembre de 1957. [2]
[1] N. de T.: El término inglés usado aquí para Loco es Nut, que literalmente significa Nuez, o Bellota.
[2] N. de T.: La angustia de orgasmo y la estasis (inmovilidad) sexual, según Wilhelm Reich, son la causa básica de la neurosis social de masas que actualmente amenaza nuestra misma supervivencia como especie.
La guerra, el racismo, la despiadada explotación de un grupo por el otro y el fascismo o las dictaduras de todo color –embozadas o desembozadas- están esencialmente basadas en el odio, y la frustración sexual crónica es la fuente primaria del odio.
Esta conexión resulta particularmente obvia en el caso del nazismo y en la persecución de los negros.
Los regímenes políticos autoritarios y antivida no son meramente impuestos a las masas por una minoría poderosa; esos regímenes de hecho se erigen y están basados en las actitudes autoritarias y antivida de las masas, actitudes que a su vez se originan en la crianza familiar típicamente autoritaria y sexo-represiva.
Este tipo de crianza tiende a producir la estructura caracterial resignada e impotente, que carece de genuina autoconfianza y sumisión a la autoridad, a no ser por medio de fuertes impulsos sádicos y rebeldes subyacentes. La gente con esta estructura puede parecer que busca la libertad e independencia, pero en realidad le tienen profundo miedo.
Reich entonces, concibió la neurosis no meramente como paquetes aislados de enfermedad en una sociedad de lo contrario sana, “normal”, sino como un fenómeno de masas, una plaga emocional promulgada por la misma estructura social. La neurosis es la norma. Del mismo modo, un síntoma neurótico no es un defecto aislado en una personalidad de lo contrario sana; la estructura caracterial entera es más o menos neurótica. El síntoma sólo es el indicio más notable de la condición total subyacente. Vease: [2].
Wilhelm Reich (1897-1957), fue el creador de la Orgonomía y ésta se trata del estudio de la energía vital, que llamó orgón. Esta energía está relacionada con el origen y evolución de la vida, con las emociones y con los fenómenos climáticos. Reich estudió cada uno de estos ámbitos (psicología profunda, biología y estados de la atmósfera) desde su punto de vista, esto es, como funciones de la energía de la vida. A este conjunto amplio y heterogéneo de estudios llamamos Orgonomía, que se define como el estudio sistemático de las funciones de la energía vital dentro y fuera del tejido vivo.
El libro ideal para comenzar el estudio de la Orgonomía es “La Función del Orgasmo” de W. Reich, editado por Paidós, porque está considerado la autobiografía intelectual de Reich. (Es una edición corregida por él mismo en 1948, y contiene un resumen de sus teorías hasta esa fecha).
Cuando se reprime el Eros se libera el Tánatos, el impulso de muerte. El eros y el tánatos son dos caras de lo mismo: el instinto de supervivencia. El primero representa el instinto de reproducción, y el segundo el de preservación, el que impulsa a atacar o huir, caracterizado por el miedo y el odio.
Reich pensaba que la éstasis sexual, debido a su efecto sobre el sistema nervioso autónomo, es también la causa básica de la mayoría de las enfermedades. El sistema nervioso autónomo en realidad está integrado por dos sistemas complementarios, el simpático y el parasimpático, que ejercen una influencia opuesta sobre cada órgano del cuerpo. El sistema nervioso simpático moviliza al organismo ante acciones de emergencia: pelear o huir (el Tánatos). Estimula la secreción de adrenalina y está implicado en combatir todo tipo de stress o infección. El parasimpático, por su parte, está implicado en la relajación y el placer, igual que la digestión y el despertamiento sexual (el Eros). En términos generales, el simpático tiene que ver con la contracción y el parasimpático con la expansión de la totalidad del organismo. Un organismo sano normalmente debería oscilar entre estos dos polos de acuerdo con las circunstancias cambiantes. Pero el organismo acorazado, orgásticamente impotente, está esencialmente en un estado crónico de contracción. Al mismo tiempo, la presión constante de la energía condenada a prisión perpetua actúa como una fuente continua de stress. Fisiológicamente, esto ocasiona la activación crónica del sistema nervioso simpático, o “simpaticotonía crónica”.

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