martes, 5 de mayo de 2009

In Hamburg sagen Tchüss / En Hamburgo decimos hasta luego



"Nos esperan catástrofes... La Humanidad volverá a purificarse a través del sufrimiento. Eleven su conciencia y el mundo cambiará (...) Ha llegado la hora de elegir entre el mundo viejo y el nuevo, entre el mundo de la energía positiva y el de la negativa, entre la conciencia alta y la baja (...) sobrevivirán tan sólo los que hayan elevado su conciencia para derrotar el Mal y crear por fin un mundo del Bien."
El hombre que escribió estos textos en su libro Misli o zivijenju in zavedanju (Pensamientos sobre la vida y la conciencia) no era un paranoico apocalíptico, ni un telepredicador norteamericano, ni un gurú místico instalado mentalmente en las cumbres del Himalaya sino... ¡Primer ministro durante diez años en Eslovenia! Y artífice además de una de las transiciones políticas mejor hechas en Europa durante el siglo XX, al conducir con suavidad y firmeza a su pequeño país, antiguo miembro de la ficción yugoslava, hasta situarlo como uno de los miembros más prósperos de la actual Unión Europea. Es un caso cuando menos interesante (danke, Carlos) ¿Recuerda lo que hablamos el otro día acerca de que no todos los que opinan diferente, como usted y como yo, tienen que ser necesariamente desequilibrados mentales condenados a la marginalidad y que sólo obtienen eco entre otros individuos lesionados psicológicamente? No, pueden ser incluso presidentes de un gobierno durante todo un decenio, además de uno de los tipos más populares de su país.

Pero el curriculum de Drnovsek no se limita a lo político, ya que en él figura un doctorado en Economía (sí, en esa Economía con la que nos dominan hoy) y amplia experiencia bancaria, además de una enorme erudición y una extraordinaria habilidad para los idiomas que le permitía hablar con fluidez inglés, francés y español, además de entender otros. Secretario general del Movimiento de Países no Alineados, con el tiempo sus dotes como mediador le permitieron organizar, en Ljubljana, nada menos que el primer encuentro personal entre el Comedor de Galletitas y la Esfinge del Kremlin (fue en aquella ocasión en la que Bush dijo su enigmática frase de que había sido capaz de "ver el alma" de Putin durante su entrevista).

Sin embargo, en un momento concreto, nadie sabe muy bien por qué (oficialmente, se dijo que a partir de que le fuera detectado un cáncer de riñón, del que él mismo dijo haberse curado a través de su trabajo interno en 2006), cómo, dónde ni, en especial, con quién (estas cosas no se aprenden del aire..., siempre ha de haber alguien en el Camino, que no es superior a nosotros sino que simplemente marcha por delante, que en un momento dado se toma la molestia de detenerse en sus quehaceres, darse la vuelta y enseñarnos antes de proseguir su andadura..., siempre que hagamos los méritos suficientes para ello), Drnovsek adquirió ciertos conocimientos relacionados con la conciencia y la espiritualidad. Y empezó a escribir libros y a ganarse el curioso apodo de el "primer presidente new age" del planeta.

¿Cómo es posible que alguien pueda cambiar de una forma tan radical? En una entrevista a propósito de su nuevo libro dijo: "Cada uno cambia, lo importante es que lo haga para mejor. Tiene que aumentar su conciencia. Y lo que importa es la verdad: debes decirte la verdad a ti mismo y a todo el mundo. Yo lo hago ahora (...) nuestra tarea es elevar la energía y el nivel de conciencia". En el fondo, lo que a usted y a mí debería interesarnos no es el camino personal de este hombre, sino el nuestro, tomando con detalle sus palabras y estudiándolas para sacar de ellas el mayor jugo posible. Veamos: ¿en qué momento y por qué motivos empezó usted a interesarse por las cosas de las que hemos venido hablando en el blog en todo este tiempo? ¿Qué le hace pensar que todo lo que he escrito aquí hasta ahora no es sino una gran farsa destinada a entretenerme y pasarlo bien a su costa? ¿O una campaña de desinformación para llenarle la cabeza de ideas absurdas que le mantengan ocupado, distraído, en lugar de dedicarse a lo que debe dedicarse?

Qué inseguro es todo, ¿verdad? Pero ésa es la gracia de la Vida, precisamente: que se trata de una colosal gymkana en la que enfrentamos pruebas sucesivas e inesperadas que estamos forzados a superar y que podemos ganar o perder (no ganar o perder dinero, prestigio o poder, sino algo mucho más importante...). Ahora bien, ¿imagina un mundo como el que desean "mis amigos"? ¿Un mundo perfectamente bajo control (bajo su control, no bajo el de usted) en el que todo esté regulado y fijado sin posibilidad de iniciativa personal? ¿Un mundo "seguro" (para ellos)? ¿Un mundo donde saber qué va a suceder, cuándo y en qué circunstancias? ¿Sin sorpresas? ¿Sin cambios? ¿Sin retos? ¿Sin vida?

Llega el verano y es época de reflexión. En mi caso va a ser bastante larga, me temo, y no por gusto. Hace tiempo que arrastro un problema de salud bastante complejo, que estuvo incluso a punto de interrumpir este blog y que no se resuelve sentándome a meditar bajo un sicomoro. Requiere, digamos, un poco de acción para ser resuelto. Acción de resultado incierto. Qué interesante etapa vital tengo por delante, en ese sentido. Ignoro los resultados de esa acción, ni si ella será suficiente para terminar con esta severa amenaza contra mi persona física, pero lo cierto es que no me preocupa demasiado. Usted sabe que la Walkyria y yo somos muy amigos desde siempre (charlo con ella a menudo, por las noches; nos conocemos desde una inmemorial eternidad) y aunque desearía seguir trabajando el mayor tiempo posible en estos fascinantes años que tenemos por delante, lo cierto es que ignoro cuándo tendrá el gusto de venir a recogerme para acompañarme con los dioses.

Así que, como en veranos anteriores, le dejaré las próximas semanas en la mejor compañía posible: la de mi amigo el Viejo Fritz, que intentará entretenerle a usted hasta que veamos si soy capaz o no de superar la susodicha acción. Por si acaso, no le digo Auf wieder sehen sino Tchüss. Hay en mi Hamburgo natal una amistosa canción de saludo que comienza asi: In Hamburg sagen Tchüss (En Hamburgo decimos hasta luego)... Viene a significar que nosotros, los bálticos (los hamburgueses, al menos) nunca decimos "adiós" sino "hasta luego" o "hasta la vista", aunque nunca he tenido muy claro el origen de la expresión ni si somos sus auténticos creadores, porque la he oído igual en Munich, en Frankfurt, en Dresden y hasta en Berlín.

Aunque sé que a él no le gustará que le nombre, no puedo evitar aprovechar este momento para agredecer su colaboración a mi fidelísimo y queridísimo amigo (más que amigo, mi hermano) P.P., siglas que responden no a un partido político (él fue "fundado" antes que ese partido en el que usted está pensando) sino a un hombre de letras que, desde el anonimato me ha prestado siempre la mayor colaboración durante mis últimos años en España. Gracias a él he podido publicar mis dos libros en español (e incluso registrarlos, con su inestimable ayuda) y también mantener la regularidad de metrónomo (¡qué difícil ha sido en algún momento!) de este blog, la mayoría de cuyos textos ha corregido y editado cuando ha hecho falta a partir de los originales que le he ido suministrando. Gracias otra vez.

Gracias también a todos los amigos (e incluso a los enemigos) que estos dos años y medio me han deparado a través de la Red y que a menudo han tenido la gentileza de remitirme informaciones del mayor interés con distinto grado de privacidad. A ellos, a usted, les digo que de momento mantendré abierto mi correo electrónico, pero no prometo contestaciones inmediatas -sobre todo a partir de la acción-, porque no sé cómo evolucionarán los acontecimientos.

Así que, ya sabe: Tchüss.

Y hasta que nos volvamos a encontrar, aquí o allí, en alguna parte.

En algún momento.

(Entre paréntesis, no sé si sabe que Drnovsek murió hace poco: para ser exactos, el 23 de febrero de 2008, a los 57 años de edad. Fue víctima de... ¿un cáncer de riñón? Ésa es al menos la explicación oficial. Quizá su ejemplo era demasiado bueno para permitir que siguiera dándolo ante sus compatriotas y ante el resto de la Humanidad...)

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